De la mesa a tu jardín, los residuos orgánicos como abono natural | IIES

De la mesa a tu jardín, los residuos orgánicos como abono natural

TÓPICOS

composta Pablo

De la mesa a tu jardín, los residuos orgánicos como abono natural

¿Sabías que los desechos orgánicos que se producen en las cocinas de tu ciudad pueden ser utilizados para abonar árboles, cultivar plantas y mejorar los suelos?

Cuando los seres humanos domesticaron las plantas silvestres para usarlas como alimentos, se convirtieron en agricultores preocupados por mantener la fertilidad de los campos. Su búsqueda los llevó a experimentar con diversas sustancias para cuidar y recuperar la riqueza y la salud de la tierra.

Así desde tiempos remotos, se han utilizado los desperdicios que se generan en la preparación de alimentos- para convertirlos en abono que mejora el suelo. Esta práctica fue tan popular que había personas que se dedicaban a recolectar los residuos de las cocinas de los pueblos para convertirlos en abono y luego venderlos. Entre los beneficios se contaba mantener la fertilidad del suelo, además de reducir los residuos que se tiraban por patios, calles y espacios públicos.

Sin embargo, el uso de los residuos orgánicos en la agricultura fue perdiendo vigencia, poco a poco, debido, -principalmente- al inició de la llamada “Revolución Verde” que impulsó el uso de fertilizantes químicos comerciales. Después de la Segunda Guerra Mundial, se desarrollaron nuevas tecnologías para que los cultivos produjeran cada vez más usando grandes cantidades de compuestos químicos que se compraban para controlar las plagas y fertilizar el suelo. Como resultado de estas nuevas tecnologías, se incrementaron las cosechas, pero, si bien-, se produjeron más alimentos de origen vegetal, éstos se utilizaron para alimentar animales de corral, en lugar de alimentar a los seres humanos. El cambio en los hábitos de consumo y el incremento en el consumo de alimentos de origen animal, nos ha llevado a usar los mejores campos agrícolas para producir alimentos para vacas, cerdos, pollos y pavos o para producir combustibles como biodiesel y etanol a partir de aceite vegetal, maíz o caña de azúcar. Para producir estos productos se utilizan compuestos químicos que contaminan el agua, el aire y el suelo y afectan los ecosistemas naturales.

Es importante valorar las tecnologías ancestrales que pueden ser adaptadas a un mundo moderno. Las tecnologías nuevas no son necesariamente mejores. Existen muchas investigaciones a nivel mundial que respaldan el uso de residuos orgánicos para mejorar los suelos y por lo tanto, la producción agrícola.

Los residuos orgánicos originados en hogares y restaurantes pueden ser aprovechados a través de un proceso de descomposición que utiliza una técnica de fermentación utilizando microorganismos. Este proceso se ha llevado a cabo exitosamente con residuos de origen animal (estiércol de animales) y con restos de cultivos agrícolas (como el rastrojo de maíz y el salvado de trigo) con resultados exitosos.

A partir de estas experiencias, surge el proyecto EcoRuta en la ciudad de Morelia, Michoacán en el cual se busca promover el manejo adecuado de residuos orgánicos de los restaurantes y hogares de la ciudad. Este proyecto es el resultado de la colaboración entre la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (CANIRAC), el Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad (IIES) de la UNAM campus Morelia, la Dirección de Residuos Sólidos del Ayuntamiento de Morelia junto con el auspicio de la empresa GoPrint. Por tanto, el proyecto EcoRuta es una iniciativa que integra varios sectores de la sociedad (académico, empresarial, gubernamental y de la sociedad civil) que comparten el interés por invitar a la ciudadanía a considerar la importancia de separar la basura adecuadamente, especialmente los desechos orgánicos y los restos de comida.

La ruta del proceso empieza en las casas y los restaurantes donde se separan los residuos orgánicos de los no orgánicos, es decir los desperdicios de comida. Los residuos orgánicos se colocan en un recipiente etiquetado para evitar confusiones. Posteriormente, el camión de la basura o el transporte del proyecto EcoRuta recolecta los residuos orgánicos debidamente separados y los lleva al centro de almacenamiento o acopio. En el centro de acopio se mezclan los residuos con otros ingredientes tales como el rastrojo de maíz picado, salvado de trigo, piloncillo, carbón vegetal, tierra, agua y microorganismos como las levaduras.

Una vez preparada la mezcla, se voltea el montículo con palas cuidando que la humedad de la mezcla se encuentre en su nivel óptimo, que su consistencia sea como una esponja. Posteriormente será necesario cubrirla con una lona para mantener el calor. Luego de 20 días se revisa y se mide la temperatura para asegurar que la mezcla se ha enfriado y que se puede usar en plantaciones forestales, agrícolas e inclusive para mejorar los suelos de los parques y jardines de la ciudad.

Trabajando todos juntos es posible tener un manejo adecuado de los residuos orgánicos, desde su correcta separación hasta su procesamiento y conversión en un rico abono que puede mejorar la producción de alimentos. Los residuos orgánicos dejan de ser desechos y se convierten, de esta forma, en un recurso valioso.

Pablo F. Jaramillo López

Temas relacionados

[fts_facebook id=104004903017801 posts_displayed=page_only type=page]