8 de marzo: ni flores, ni felicitaciones

Ni flores, ni felicitaciones son adecuadas para conmemorar el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. No se trata de una celebración, sino de un día para rememorar la lucha de las mujeres por sus derechos: sus derechos humanos, civiles, políticos económicos y culturales. Su derecho a decidir sobre su cuerpo y elegir su vida, sin la intromisión del estado patriarcal que indigna, y sin la violencia feminicida que roba tantas vidas.

Son verdaderamente sorprendentes los logros de los movimientos de mujeres a lo largo de la historia, particularmente si se considera el altísimo grado de violencia en la que las mujeres han vivido y siguen viviendo cotidianamente. Según Vivian Fox (2002) tres tradiciones sobre las que descansa la cultura occidental asumen como natural la superioridad del varón, la dominación de la mujer y por lo tanto la violencia hacia ella. Estas son: la tradición judeo-cristiana, la filosofía griega y el sistema jurídico inglés (Common Law). Eva nunca deja de ser invocada por los varones, como la responsable de ser expulsados del paraíso. Ella representa la debilidad, la lujuria y a través de ella, la maldad. Los griegos representados por Aristóteles consideraron a la mujer como un ser bruto, incapaz de tomar decisiones por sí misma y requiriendo vivir bajo la tutela de los hombres. Estas relaciones de subordinación se institucionalizaron en el sistema jurídico inglés, aceptando la violencia física contra las mujeres. Legalmente se permitía el uso de varas “correctivas”, no más gruesas que el ancho del pulgar del marido, para doblegar y forzar la sumisión. Así, un proverbio aún muy usado dice: “Al perro, a la mujer y al árbol de nueces, entre más le pegues, mejor será” (“a spaniel, a woman and a walnut tree, the more they are beaten the better they be” (Fox, 2002). Aún en este contexto de extrema violencia, mujeres de todos los tiempos han alzado su voz y han desafiado el orden patriarcal.

Entre las más famosas, destaca Marie Gouze (1748-1793), mejor conocida como Olympe de Gouges, quien escribiría Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana en 1791. Contemporánea de Olympe, Mary Wollstonecraft escribió Vindicación de los Derechos de la Mujer (1792) y 50 años más tarde, Flora Tristán publica La Unión Obrera (1842) siendo reconocida por el propio Karl Marx quien la llamó “precursora de altos ideales nobles”. Sus biografías son tan fascinantes como sus escritos. Como teóricas y activistas, estas mujeres ilustradas vivieron con valentía vejaciones y oprobios sin claudicar.

Para 1848 la participación de las mujeres en diversos movimientos sociales, particularmente de las mujeres obreras, así como en la causa antiesclavista, catalizó la exigencia de las mujeres por obtener sus propios derechos civiles. Así fue como Elizabeth Cady Stanton y Lucretia Mott organizaron en Seneca Falls la primera convención de mujeres en la que se redactó la Declaración de los Sentimientos, en el que se exigía la modificación de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos para incluir la palabra “mujer”, el derecho al divorcio, la propiedad, la patria potestad y obviamente al voto. Derechos que en algunos países aún no han sido alcanzados efectivamente y que, en otros como el nuestro, se insertan en una estructura hegemónica dominante que impide su cumplimiento cabal.

A principios del siglo XX, las mujeres trabajadoras se fueron organizando y en el año 1900 se formó la Unión Internacional de Mujeres Trabajadoras del Vestido (“Internacional Ladies’ Garment Workers Unión” con las siglas ILGWU) para combatir jornadas de trabajo de más de 12 horas, salarios bajos, condiciones laborales inhumanas y abusos en general. En Gran Bretaña, Emmeline Pankhurst fundó la Unión Social y Política de las Mujeres en 1903, y sus estrategias de protesta fueron modelo para futuras generaciones. El 3 de mayo de 1908 el Partido Socialista de los Estados Unidos organizó una celebración para el Día de la Mujer en Chicago dedicado a las mujeres trabajadoras. En 1910, las socialistas Luise Zietz y Clara Zetkin propusieron establecer un día para conmemorar y promover los derechos de las mujeres. En 1909 trabajadoras de la industria del vestido iniciaron protestas que se extendieron a varias ciudades de los Estados Unidos. La huelga conocida como El levantamiento (“The Uprising”) duró 14 semanas e involucró a 20,000 trabajadoras solo en Nueva York, exigiendo mejores condiciones de trabajo y un alto al acoso sexual. En 1911, para conmemorar el 40 aniversario de la Comuna de Paris, mujeres austriacas, alemanas, polacas, suizas, holandesas y danesas organizaron marchas y reuniones, sumando más de 300 demostraciones a lo largo y ancho del Imperio Austro-Húngaro. El 8 de marzo de 1913 se celebró por vez primera, el Día Internacional de la Mujer en Rusia. Cuatro años después, la marcha del 8 de marzo de 1917 detonaría la Revolución Rusa en octubre de ese mismo año.

La Primera y Segunda Guerras Mundiales movilizaron a las mujeres para asumir las actividades que abandonaron los varones para irse al frente de batalla. Algunas mujeres como Rosa Luxemburgo protestaron contra la Primera Guerra Mundial, pero muchas se unieron a la causa bélica. Fue en el periodo entre guerras cuando se aprobó el voto en Inglaterra en 1918 y en Estados Unidos en 1929. En México tendríamos que esperar hasta 1953 para lograr este derecho. Posteriormente, en la posguerra surge la segunda oleada del feminismo, liderada por grandes pensadoras como Simone de Beauvoir, quién publicó El segundo sexo en 1949. Sin embargo, sería hasta la década de los años sesenta cuando el Movimiento Feminista estadounidense despegara con fuerza. En 1966 se fundó la Organización Nacional para las Mujeres (“National Organization for Women”, NOW) y en 1973, se despenalizó el aborto en ese país, hecho que parece impensable e inalcanzable en el nuestro.

A más de un siglo de las primeras manifestaciones de mujeres, la lucha ha cambiado de enfoque. En el contexto político y económico actual, las luchas por la ampliación de derechos han sido substituida por una necesidad más básica y fundamental que es la protección de la vida de las mujeres. La violencia recrudecida se manifiesta en los feminicidios, perpetrados. Diana Russell y Jane Caputi acuñaron el término a finales de la década de los 70 y en México, el término se empezó a utilizar en la década de los años 90 cuando en Ciudad Juárez, se suscitó un incremento en el número de ataques a mujeres trabajadoras de las industrias maquiladoras. Una vez más las mujeres trabajadoras se encontraron asediadas por el sistema patriarcal capitalista. Hoy en día, la violencia contra las mujeres se presenta en todo el país y la ciudad de Morelia no es la excepción; 180 personas fueron asesinadas por ser mujer en el 2019. Hasta el 25 de febrero, 32 mujeres habían perdido la vida en la entidad y mientras escribía estas líneas una joven fue asesinada por su novio en la colonia Manantiales.
La lucha feminista por la vida, hoy más que nunca se enfrenta ante un sistema patriarcal-capitalista en su fase más obscura y en este contexto, ni flores, ni felicitaciones, resolverán el problema de fondo.

Aída Atenea Bullen Aguiar
Marzo de 2020.

Bibliografía consultada:
o Eschner, K. (2017). The american garment workers who helped inspire International Womens Day Smithsonian Magazine. Disponible en: https://www.smithsonianmag.com/smart-news/american-garment-workers-who-helped-inspire-international-womens-day-180962364/
o Figes, O. (2017). The women´s protest that sparked the Russian Revolution. The Guardian. Disponible en: https://www.theguardian.com/world/2017/mar/08/womens-protest-sparked-russian-revolution-international-womens-day
o Fordham University (2020). Modern History Sourcebook: The Declaration of Sentiments, Seneca Falls Conference, 1848. https://sourcebooks.fordham.edu/mod/senecafalls.asp
o Fox, (2002). Historical Perspectives on Violence Against Women. Journal of International Women’s Studies, 4(1), 15-34. Disponible en: https://vc.bridgew.edu/jiws/vol4/iss1/2
o La Voz de Michoacán (2020). Asesinan a mujer en Manantiales; habría sido su pareja, quien intentó escapar por la ventana. Disponible en: https://www.lavozdemichoacan.com.mx/seguridad/violencia/asesinan-a-mujer-en-manantiales-habria-sido-su-pareja-quien-intento-escapar-por-la-ventana/
o Santoyo, M. (2020). De 32 homicidios contra mujeres, solo uno es feminicidio. El sol de Morelia. Disponible en: https://www.elsoldemorelia.com.mx/local/de-32-homicidios-contra-mujeres-solo-uno-es-feminicidio-4888975.html