Un hermoso paisaje

¿Quién no ha sido cautivado alguna vez por un hermoso paisaje natural? Un cuadro, una fotografía o el privilegio de apreciar una montaña, una cascada, el mar o una romántica puesta del sol. El paisaje ha sido inspiración para artistas, naturalistas y hoy en día científicos de diversas disciplinas que estudian los paisajes desde muy distintas especialidades.

Pero ¿Qué es un paisaje? Las y los geógrafos denominan paisaje a las formas de la superficie terrestre como el relieve, los suelos, las rocas, los ríos y lagos, los vientos y, en general, los factores físicos abióticos o no vivos que sustentan las plantas y los animales que viven en un lugar (factores bióticos). Pero el paisaje también incluye la presencia humana, pues durante miles de años el ser humano ha modificado su entrono natural y por tanto, también es considerada como parte del paisaje. Esta confluencia de elementos tan disímiles hace de los estudios del paisaje, una ciencia interdisciplinaria. Congruente con la integración de las distintas áreas del conocimiento, Carl Troll en 1939 propuso el uso de fotografías aéreas para interpretar la geografía y formular el concepto de Landschaftökologie, que se traduce como “ecología del paisaje”. Por ello, este científico es considerado el padre fundador de esta subdisciplina de la ecología. Sin embargo, no fue hasta los años 1980 y 1990 que esta comenzó a tener un impacto significativo dentro de las ciencias biológicas, en gran parte gracias al trabajo de la denominada “escuela americana” (de los Estados Unidos) de la ecología del paisaje. De hecho, la Asociación Internacional de Ecología del Paisaje (IALE) se fundó en 1983, y las primeras revistas científicas especializadas en el tema surgieron a finales de 1980. No fue hasta la década de los años 80, con Forman, Turner y otros científicos que se comenzó a estudiar la estructura del paisaje, las causas de los cambios en dicha estructura debida a las actividades humanas y sus consecuencias sobre la biodiversidad.

Actualmente la ecología del paisaje se enfoca en entender los patrones temporales y espaciales del paisaje, las causas de dichos patrones y sus consecuencias para las especies que habitan en él. El paisaje se puede considerar como una porción de territorio compuesta por un mosaico de distintos tipos de coberturas que pueden observarse por medio de fotografías áreas. Es así, desde lo alto, dependiendo de la elevación desde la que se toma la fotografía, que se pueden distinguir zonas de bosque, ríos, áreas de cultivo, zonas de pastizales, asentamientos humanos y otros tipos de coberturas que se observan en forma de parches o fragmentos en el territorio. Con el tiempo, dichos parches cambian su configuración espacial. Algunos crecen de tamaño, como las ciudades, y otros se reducen, como los bosques. El estudio de los cambios de estas zonas y sus consecuencias biofísicas y sociales es el objeto de la ecología del paisaje.

Estimaciones recientes sugieren que entre el año 2000 y el 2012 se perdieron 23,862 km2 de bosques en nuestro país, esto es cerca de 200,000 hectáreas por año (Hansen et al., 2013). Entre 2000 y 2010, la tasa de deforestación en México fue 5 veces superior a la tasa media de deforestación anual global (FAO, 2011). Esta deforestación no está ocurriendo de forma homogénea en todo el territorio mexicano, sino que está concentrada en la región tropical del sureste del país, donde se perdieron cerca de 10,000 km2 de bosques tropicales entre 2001 y 2010 (Aide et al., 2013). Como consecuencia, una proporción cada vez mayor de la biodiversidad de México y del mundo está siendo «forzada» a habitar paisajes fragmentados, tanto en los parches de vegetación original, como en los ambientes transformados que los rodean. Dichos ambientes tienen una composición variable, y pueden incluir diferentes tipos de cultivos, pastizales para el ganado, asentamientos humanos, corredores de vegetación y árboles aislados, entre otros tipos de coberturas. Bajo este contexto, se necesita entender el efecto que tienen estos cambios paisajísticos sobre las especies, los procesos ecológicos y la función de los ecosistemas, ya que esta información servirá para diseñar planes de ordenamiento territorial que permitan el mantenimiento de la biodiversidad, la integridad de los ecosistemas y el bienestar humano.

Otro aspecto importante de esta problemática es ocasionada por las decisiones gubernamentales que benefician las inversiones depredadoras. La corrupción que permite la explotación desmesurada de los recursos para beneficio de unos cuantos ha tenido consecuencias ambientales lamentables. La autorización y la utilización de productos y subproductos que son nocivos o generan daños para los ecosistemas han generado enormes perjuicios. Sin embargo, en todas estas situaciones los gobiernos han mirado hacia otro lado dejando impunes a los responsables, sin darse cuenta que los graves efectos medioambientales también les afectan.

México ha jugado un papel importante en el desarrollo de la ecología del paisaje. En una revisión reciente realizada por el investigador del IIES Víctor Arroyo-Rodríguez y sus colaboradores (2017), encontraron que entre 1992 y 2016 se publicaron al menos 472 artículos científicos sobre el tema en México. En su análisis destacan varias evaluaciones sobre los patrones y las causas del cambio de uso del suelo en diferentes regiones del país. También encontraron un gran número de trabajos que analizan las consecuencias del cambio de uso del suelo sobre la biodiversidad, siendo las plantas, los mamíferos y las aves, los grupos taxonómicos más estudiados, especialmente en ecosistemas tropicales del sureste de México. Destaca el trabajo pionero del Dr. Gonzalo Halffter del Instituto de Ecología ubicado en Xalapa, Veracruz , quien introdujo en México la idea de estudiar los patrones de diversidad de especies en paisajes modificados por actividades humanas, estudiando cambios a nivel local , regional , así como los cambios composición de especies en el tiempo y el espacio. A partir del año 2000, los estudios científicos sobre ecología del paisaje crecen exponencialmente, y se comienzan a evaluar otros temas importantes, como: (a) el efecto de la fragmentación del hábitat sobre las especies; (b) el papel de los agroecosistemas, como el café de sombra en el mantenimiento de la biodiversidad; (c) el uso y la calidad del hábitat de varias especies de animales; y (d) el impacto de las ciudades sobre la biodiversidad. En conjunto, estos trabajos han sido muy importantes para identificar nuevas amenazas a la biodiversidad, así como posibles estrategias para su conservación. Desafortunadamente, los estudios se centran en pocas regiones de México y pocos grupos taxonómicos, por lo que aún existe un gran vacío de conocimiento, que conforme sea llenado, lograremos obtener una ciencia con mayor capacidad para predecir, prevenir y revertir muchos de los problemas ambientales que vivimos actualmente en México y el mundo.

Atenea Bullen y Víctor Arroyo-Rodríguez
Agosto de 2018

Fuentes citadas en el texto:
o Aide, T. M., Clark, M. L., Grau, H. R., López-Carr, D., Levy, M. A., Redo, D., et al. (2013). Deforestation and reforestation of Latin America and the Caribbean (2001-2010). Biotropica, 45, 262–271.
o Arroyo-Rodríguez, V., Moreno, C. E., Galán-Acedo, C. (2017). La ecología del paisaje en México: logros, desafíos y oportunidades en las ciencias biológicas. Revista Mexicana de Biodiversidad, 88, 42–51
o FAO (2011). State of the world’s forests. Food and Agriculture Organization, Roma.
o Hansen, M. C., Potapov, P. V., Moore, R., Hancher, M., Turubanova, S. A., Tyukavina, A., et al. (2013). High-resolution global maps of 21st-Century forest cover change. Science, 342, 850–853.