Reflexiones en el Día Mundial del Medio Ambiente. 5 de junio de 2018 | IIES

Reflexiones en el Día Mundial del Medio Ambiente. 5 de junio de 2018

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Reflexiones en el Día Mundial del Medio Ambiente. 5 de junio de 2018

La investigación ecológica ha avanzado a grandes pasos desde el siglo pasado y mucho más en las últimas décadas; sin embargo, problemas como la pérdida de la biodiversidad, el calentamiento global y la deforestación parecen no detenerse. Algunos de estos problemas se han reducido un poco gracias a la información generada por diferentes investigaciones, pero en otros casos, nos hemos dado cuenta demasiado tarde para empezar a cambiar. Es posible que podamos haber llegado a un punto sin retorno. Parecería que los esfuerzos por cambiar esta dinámica de degradación ambiental son poco efectivos. Sin embargo, en México, uno de los países considerados megadiversos (5o lugar en el mundo), están surgiendo nuevas generaciones de investigadores que están proponiendo nuevas formas de abordar los problemas, con nuevas teorías y novedosas metodologías y tecnologías que permiten llevar a cabo estudios más precisos ante la crisis ambiental que parece no tener freno.

No obstante, el esfuerzo de la academia por descubrir cómo mejorar la situación del planeta parece no poder compararse con los daños que debemos enfrentar, ocasionados en gran medida por la enorme cantidad de recursos que la humanidad consume. Cada recurso que se extrae de la Tierra y que se transforma para ser utilizado por el ser humano genera una cadena de consecuencias. Nuestro ritmo de vida supone que sigamos consumiendo recursos convertidos en mercancías, pero tenemos que hacerlo de una manera más consciente, más sustentable. Lamentablemente este término, y algunos conceptos como “ecológico” y “orgánico”, se han banalizado, y en algunos casos se usan de manera inadecuada. Si no se entiende su significado, no se puede reconocer cuándo los conceptos están aplicados correctamente, ni tampoco se pueden valorar los verdaderos esfuerzos por mejorar las formas de producción y consumo en el planeta. A pesar de todo esto, en la última década se ha despertado la conciencia de algunos sectores de la sociedad por proteger nuestro medio ambiente a través de proyectos sustentables para la conservación. Tristemente, otros viven ignorando estos problemas, les prestan poca atención, o son demasiado egoístas para pensar en el deterioro que ocasiona el uso indiscriminado de los recursos; algunos piensan que en realidad lo que nos da la Tierra es infinito. Cualquiera que sea el caso afecta de igual manera.

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Para entender este conflicto el grupo de investigación decidió llevar a cabo un trabajo que incluyera entender lo que significa la presencia de depredadores como el jaguar y las consecuencias que tienen en la vida de las familias campesinas.
Para ello se utilizó un enfoque socio-ecológico, que no sólo fue innovador en el área de manejo de especies sino también muy útil en la obtención de resultados desde la perspectiva de las personas que padecen el problema.

Otro aspecto importante de esta problemática es ocasionada por las decisiones gubernamentales que benefician las inversiones depredadoras. La corrupción que permite la explotación desmesurada de los recursos para beneficio de unos cuantos ha tenido consecuencias ambientales lamentables. La autorización y la utilización de productos y subproductos que son nocivos o generan daños para los ecosistemas han generado enormes perjuicios. Sin embargo, en todas estas situaciones los gobiernos han mirado hacia otro lado dejando impunes a los responsables, sin darse cuenta que los graves efectos medioambientales también les afectan.

Número total de casos de depredación

Si bien el crecimiento poblacional no es la razón causal de la crisis ambiental, sí constituye un problema cuando el consumo de la población aumenta. En el último siglo, la tasa de crecimiento poblacional se incrementó exponencialmente, lo que ocasionó una alta demanda de productos. No obstante, a este problema no se le dio la importancia que merecía en su relación con el aprovechamiento desmedido de los recursos y por décadas se habló de la necesidad de explotar la naturaleza. Aun hoy en día el sistema económico simplemente busca satisfacer las necesidades y los deseos de la población sin medir las consecuencias a largo plazo. El resultado de este modelo es la sobreexplotación de nuestro medio y el uso indiscriminado de productos nocivos para el ambiente. Lo ignoremos o no. Frente a esta situación, una alternativa positiva sería que se dejaran de consumir estos productos perjudiciales para los ecosistemas, lo cual parece una utopía, pues es muy difícil que esto llegue a suceder porque una parte de la población, como se mencionó anteriormente, es consciente de la situación, pero un gran sector de los consumidores no considera importante el cuidado ambiental. Quizá una medida con resultados más inmediatos y efectivos sería que los gobiernos fijaran un marco regulatorio que obligara a sustituir o prohibir dichos productos. Sin embargo, en la actualidad los intereses comerciales a corto plazo se anteponen a los intereses ecológicos a largo plazo que beneficiarían a la mayoría de la población. Solo nos queda un panorama catastrófico si pensamos que la ONU estima que para el año 2050 seremos 9,700 millones de personas y que todas ellas serán consumidores insatisfechos que tienen deseos y necesidades ilimitadas.

Número total de casos de depredación

Todo lo anterior nos tendría que hacer reaccionar y pensar en el cuidado y la conservación de los ecosistemas y su biodiversidad como tema prioritario, no solo a nivel de país, sino a nivel mundial. No vivimos aislados y los cambios que afectan hoy en día a nuestro medio ambiente incumben a todas las naciones. No estamos acabando con la Tierra, en realidad estamos acabando con nosotros mismos. Esto se verá reflejado en el futuro, no sabemos si lejano o corto; lo cierto es que pase lo que pase, nuestro planeta seguirá después de nosotros, es un ente dinámico que ha estado en constante cambio desde su creación hace más de 3,500 millones de años. Nuestra presencia es efímera en el tiempo geológico y no será más que una pequeña anécdota en la vida de la Tierra si seguimos a este paso. De la humanidad depende el tiempo que duremos en el universo.

Juan Manuel Lobato
Junio de 2018

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